El Fiscal General de México Alejando Gertz Manero afirmó que está dispuesto a llevar a instancias internacionales un juicio contra la DEA por el caso de Salvador Cienfuegos. Envuelto en las críticas por la rápida exoneración al general, el titular de la Fiscalía se deslindó de las acusaciones, y argumentó que el perdón lo concedieron las autoridades estadounidenses.

"El chiste es darme en la madre y no me voy a dejar", dijo este martes. Haciendo frente a los cuestionamientos, Gertz Manero se mostró en medios radiofónicos de alcance nacional. Desde ahí, lanzó una dura advertencia: "Vamos a ir a Juicio y será de carácter internacional porque esto es un linchamiento. Vayamos a fondo para ver por qué lo perdonaron".

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El fiscal explicó que lo que se buscará es que se establezca si la Fiscalía actuó de manera parcial, o como órgano autónomo ante la decisión de exonerar al ex titular de la Sedena. Pero este argumento procede a la afirmación de que, en realidad, fue la DEA quienes retiraron las acusaciones en su contra.

La defensa principal de Gertz Manero, es que él no podía llevar una investigación que ya había sido desestimada antes, prosiguiendo con los mismos duros señalamientos contra la agencia estadounidense que se lanzan desde Palacio Nacional, insistiendo en que las pruebas mostradas ante las autoridades mexicanas fueron "insuficientes".

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El funcionario judicial e mostró muy crítico ante la resolución que se dio desde Estados Unidos para extraditar a Cienfuegos a México por "consideraciones políticas", en ese sentido, lanzó: "No me vengan con ese cuento. Fue porque no tenían elementos. Fue una investigación de ocho años y, de un día para otro, los acusadores -la DEA- dicen que ya no tiene nada".

Su defensa en ese sentido prosiguió: "¿Por qué ahora se habla de consideraciones internacionales y antes no si tuvieron esa investigación por ocho años? ¿O qué? No encontraron elementos y nos dicen: les echamos la bolita a estos, que los frieguen nuestros incondicionales. ¡No! Están locos". Aunado a esa declaración, también deja en claro que "todavía" no podría llamar a los agentes de esta agencia como pendejos, pero se quejó de la secrecía con la que llevaron el caso.

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Otra defensa que lanzó Gertz Manero es que no se trató de una investigación en Fast-track. Además de insistir en que desde Estados Unidos se desestimó el caso, habló de las inconsistencias en las pruebas, de no recibir la información que demandaron a las autoridades del país vecino, conversaciones "ridículas" y destacó otro detalle: "Resulta que los implicados están muertos, y a un muertito no lo puedo llamar a declarar. Esa es una trampa ínfima", declaró.

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En medio de ese contexto, desde México ha habido varias acusaciones en contra del ex funcionario de Peña Nieto, como es la desaparición de los jóvenes de la norma de Ayotzinapa, o el caso de la masacre de Tlataya. Aunado a los cuestionamientos ante el crecimiento del narcotráfico. En ese sentido, Gertz Manero enfatizó: "Cuando exista una denuncia contra Cienfuegos por estos casos, investigaremos. Yo no le doy certificado de buena conducta a nadie".